El culto al Cristo

Cuando un grupo de jóvenes creaban el Club Atlético River Plate, en Perú nacía el Club Alianza Lima, que debe su nombre a la Caballeriza del entonces Presidente del país, Augusto Leguía.

Alianza tiene una tradición que nació en los años ’50. En octubre cambia su tradicional camiseta azul y blanca, por una alternativa morada y blanca en honor al Cristo de Pachacamilla o también llamado Cristo de los Milagros. 

Es una de las adoraciones que más gente atrae en el mundo y los jugadores de Alianza no son ajenos a ello. Cuenta la historia que fue un utilero, “Chino” Pepe Carrión, quién comenzó a llevar la imagen del Cristo al vestuario y quien condujo a los jugadores a rezarle antes de cada partido. El mismo cuenta: “Alianza Lima tenía contrato con una firma que le fabricaba los uniformes, pero el club siempre le debía dinero. Se acercaba un partido y no había plata para las camisetas, entonces yo, como paraba en el Monasterio de las Nazarenas –donde se encuentra la imagen del Cristo- tenía unas telas moradas de los hábitos. Llevé esas telas para que hicieran las camisetas; total, el morado se parece al azul. Hice la camiseta morada, pantalones blancos y medias moradas". 

Alianza salió con ese uniforme en el partido frente a Deportivo Municipal y un dirigente del club se enojó a verla y le gritó a Carrión que lo despedía, pero la decisión fue declinada al terminar el encuentro, porque Alianza venció a ese difícil rival 1-0.

En una charla que tuvo con el dirigente el utilero le explicó los problemas que había tenido con las camisetas y este aceptó que podía funcionar como alternativa. 

El siguiente domingo, 2 de octubre, Alianza Lima volvió a jugar con la camiseta morada y empató 3-3. El equipo fue campeón en esa temporada, y desde entonces en octubre cambian su tradicional azul y blanca por la creada por el Chino Pepe.

Pero ¿por qué el morado identifica al Cristo de los Milagros?  Esto se debe a que una de sus principales devotas Sor Antonia del Espíritu Santo vistió en 1677 una túnica morada, desde ese momento la hermandad morena, quien cuida de la imagen y una de las precursoras en lo que respecta a la adoración del Cristo, mantiene esta tradición, que cada octubre se revive con las procesiones en la casaca de Alianza.